miércoles, 3 de enero de 2007

Encontrar el pensamiento

En el justo silencio. Ahí, en donde tus pensamientos empiezan a tomar parte importante de tu ser y no hay espacio para alguna otra cosa distinta. Te acercás a lo que parece ser una cortina de humo con colores cambiantes y estados emocionales distintos, cuando justo parece que perdés la concentración y querés salir del estado en que te encontrás, porque no conceguís avanzar.

Justo ahi, en donde no hay cabida a sensaciones físicas, cuando parece que tus ojos se abren sin control, cuando parece que la respiración es fugaz, cuando parece que ya no podés seguir más. Es el momento en que dejás de ser persona física y te convertís en un pensamiento, o quizás muchos al mimso tiempo.

La idea es aterradora, porque dejás de sentir tu cuerpo, empezás a sentir como cada vez es mucho más importante reconocerte a vos mismo sin juzgar, sino entendiendo. A veces te encotrás tratando de entender como actuan tus necesidades primarias, como respirar, por ejemplo. Algunas otras veces tratás de reconocer si tenés alguna otra necesidad conocida, como el hambre, un dolor, una angustia, lo que sea y te dás cuenta de que nada vale, pues nada importa!

Es ahi, justo ahi, cuando te reconocés entre luces de colores y jugás con ellas, es ahi cuando te dás cuenta que ya no sos de carne y hueso, has dejado de ser materia y te convertís en pensamiento.

Si mirás bien a tu alrededor podés enfocar tu energía y preguntar que hacer. Una poca de paciencia y muchísima humildad pueden traer consigo mucho material para entender el porqué de las cosas.

Algunos le llaman a esto meditar, como quiera que sea, es un instante sublime que te ayuda a engrandecer tu ser. Estás en una vibración distinta, más elevada, más sincera. Todo parece ireal, pues lo es. Para entrar en ese trance debés, no solo vencer tus miendos, sino que además debés estar en la más completa paz espiritual, aún y cuando tus días de mortal sean un caos, pues ahí es donde encontrarás orden, es ahí donde todo se resulve, pero para eso, debés ser humilde y dejar tu alma, tu corazón y tu mente, unidas todas en un solo pensamiento de amor y aceptación de servicio incondicional de parte tuya al bien de la humanidad y del orden universal.

Solo así, convirtiéndote en pensamiento sabrás que hacer en este mundo aparente, sin respuestas.

Entregar humildemente tu alma y tu vida a la voz interna que encontrarás únicamente en esos momentos de silencio y paz interior, amando, siempre amando. Al altísimo.

Gracias Dios por darjar un vínculo entre vos y yo.

4 comentarios:

Julia Ardón dijo...

Verdad.

Haz de luz dijo...

Aboslutamente!!! Gracias por visitar mi blog, te mando un rayo de luz.

Anónimo dijo...

SENSACIONES

Sentir. Simplemente dejar que sea tu alma la que sienta. Pero como hacer eso?. Nuestra experiencia solo me deja apreciar el sentido del tacto. Sentir en la piel el frío o el calor. Sentir la fuerza de un abrazo. Sentir una brisa en el rostro. Sentir el dolor de una herida; sentir la dolencia de un órgano interno. Dolores invisibles. Dolores que no se ubican, pero que existen.

Más allá encontré el dolor de la partida de un amigo. Un amigo que se fue del vecindario. Se fue de la ciudad. Dolor por no volverle a ver. Dolor aún más agudo cuando mi madre dejó de existir. Sensaciones. Es nuestra naturaleza humana. Divina naturaleza. El hombre las lleva siempre a lo largo de su existencia; no las analiza. Sabrá el hombre que debe sentir las cosas para su bien? No es masoquista y disfrutar del dolor. No!. Es pensar que la experiencia de la sensación, del dolor, así mismo como el sensación de felicidad son hechos íntegros de cada ser.

Profundamente debe aprenderse a sentir desde el alma. La sensación interna. La sensación de ese yo adentro de mi cuerpo. Ó estará afuera de él? Esa debe ser la primera sensación. Ubicar el alma consigo mismo. Una vez en ella, lograr entender que ese soy yo. Y a partir de ahí se generan otras sensaciones. Sentir que estoy en línea en la mente de un amigo. Sentir que estoy en vida. Sentir que estoy en un firmamento. En un espacio infinito que solo un SER SUPERIOR es capaz de entenderme.

Ojalá pudieras sentirme…como te estoy sintiendo yo! Es la sensación del cariño humano, pero con una fuerza más poderosa que solo mi alma y quizá la tuya puedan entender. Si me sientes, dímelo. Aquí estaré.

Capricornio

Haz de luz dijo...

Te siento, definitivamente te siento! gracias por tus palabras