"Uno remonta las montañas que tiene por delante, se extravía en el camino, ha de desandar lo andado y reanudar la marcha una vez y cien veces. Y al fin, un día, cuando creía haber llegado al último lomo de la cordillera, descubre que tiene por delante montañas más altas todavía, montañas inacabables, infinitas, hasta donde la vista alcanza. Entonces sabe que, llegar, no llegará nunca. Y que la vida es andar solamente, andar, andar y andar. También sabe que alguna vez, cargado quizá de una sabiduría que ha llegado demasiado tarde, uno cumplirá el llamado de la tierra, detendrá sus pasos y dejará la marcha interrumpida..."
Julián Castillo Rincón
7 comentarios:
Super...que bien que escribe tu abuelo!
La mente en los dedos. La palabra en el lápiz. Conocimiento. Transmitir. Dejar que fluya en cada fuerza de la mano una palabra sobre la hoja. Más moderno: cada huella digital sobre el teclado. Plasmar un sentimiento, una idea. Es un acto de amor humanitario. Pero lo es más aún cuando se mantiene el tiempo. La huella de abuelo quedará con nosotros y más allá. Hay un espacio en mi corazón y en mente para él, para tí. Gracias.
"Capricornio"
Gracias Capricornio, por esas palabras tan lindas!
¿Dónde encontraste esos tesoros? ¡Ya voy viendo que tu abuelo era un divino... con las historias detrás de las fotos y esto!
Di, pues buscando por ahi en los rincones de mi papá...si. Por ahí voy a postear algunos muy buenos, y te mandaré un link que luego quiero que veas..., gracias por la visita
Lo pedí y lo recibí, no se si me comprenderás...
No me equivoqué, también filosofos y grades sabios.
Sí, te comprendo bien y me alegra no haber tenido que explicarte la relación entre los cuatro, mi abuelo, mi papá y yo, y por supuesto el otro yo.
Si querés leer más de mi abuelo, busca en este blog lo de Julián Castillo Rincón
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