lunes, 22 de enero de 2007

Nacer

Uno sale del vientre de su madre y es arrojado al mundo,
pero todavía no ha nacido.

Pueden pasar años sin que todavía nazca.
Puede pasar la vida entera sin que nazca.
Puede envejecer y morir, y aún no haber nacido.

Del vientre de la madre sale un proyecto de hombre,
no un hombre.
Sale un asomo, un esayo, una pregunta,
no un hombre.

Hombre, solamente nace de sí mismo.
Nace después de devolverse,
después de regresar al punto de partida,
después de desaprenderlo todo,
de botarlo todo,
de purificarse de todo.

En camino hay que sufrir,
llorar,
morderse los labios,
descubrirse débil,
limitado,
incapáz,
indefenso,
vulnerable,
destructible,
mortal.

Y tal vez entonces, si los dioses lo aceptan,
podrá arrodillarse ante ellos,
abrir los ojos y ver,
abrir los labios y hablar,
abrir el corazón y amar,
abrir las manos y hacer,

Hombre, o nace de sí mismo
o pasa por el mundo y muere sin haber nacido.

Por: Julián Castillo Rincón

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