viernes, 12 de enero de 2007

Del Mago de Oz

Siempre existe, entre nosotros, una verdadera conexión con La Fuente. Nunca la perdemos, más bien la dejamos de entender o nos negamos a verla, a sentirla. Yo tuve, personalmente, experiencias muy extrañas sobre su realidad y nunca antes quise verlas, hasta que violentamente me obligaron a hacerlo.

Y digo violentamente desde un sentido casi maravilloso. Mi conexión con La Fuente empezó por donde menos creí que iba a suceder. De cualquier manera hubo alguien quien sin quererlo, o más bien sin pensarlo, me ayudó a dar ese paso entre lo material y lo espiritual. Me enseñó algunas técnicas de comunicación y me enseñó que mi locura espacio/temporal está acompañada de muchos otros, que como yo, se preguntan sin tener respuestas, pero que aún así, se mantienen conectados con "La Fuente" de manera muy personal.

Esa conexión, la he logrado comprobar desde que he creado este espacio cibernético, al mezclarme con muchos otros seres con ideas similares. Estas experiencias han venido a constatar mis ideas, ahora distintas sobre la vida misma. La violencia de mi llamada conexión con la fuente se debió a algunos episodios de mi vida que lograron acomodar en mi cerebro animal, no solo ideas, sino sensaciones y sentimientos que ahora aplico, en la medida de lo posible, a la búsqueda de la mayor felicidad en beneficio de la mayor cantidad de gente posible.

Uno predica con el ejemplo

Y del ejemplo de aquel de quien escuché esta frase, he basado el inicio de mi avance espiritual. Gracias Mago de Oz, por ello y por compartir conmigo esta maravillosa oración que hoy comparto con la gente que me lee.

La Fuerza del Corazon

2 comentarios:

Anónimo dijo...

TIEMPO DE ESPERA

Transcurre el día, entre teléfono, usuarios y hasta mi tiempo de café. Afuera la fuerte brisa del viento golpea contra mi ventana. Observo los cabellos despeinados de la gente que camina. Los trajes que se salen de su sitio por la fuerza de la ventisca. Suerte la mía de estar aquí dentro, de estar cómodamente sentado y más abrigado. Suerte de tener un trabajo que me permite mirar por una ventana. Cuántos desearían estar aquí. Esto es una gran suerte.

De donde vendrá ese destino, que sea yo el de adentro y no el que recorre la calle pidiendo papel para reciclar. Ó el camina repartiendo recibos o llevando cheques, soportando el frío de hoy y el pesado sol de mañana. El que viaja en motocicleta llevando dinero y arriesgando su vida ante un robo o accidente vehicular. Suerte, destino. Quizá premio por mis años de estudio, quizá más bien por que desde aquí debo cumplir mi misión. Sí. El objetivo para el que he sido preparado académicamente. Por el que recibo un salario que me permite vivir en una sociedad, en mi alimentación y mi diversión.

Pero más allá tengo otra misión. Clara quizá. De incertidumbre a cada día. Estoy en esta etapa terrenal para cumplirla. Antes debo saber cuál es!. Será simplemente ser feliz y llevar felicidad a los más cercanos a mi. Será divertirlos, enseñarles a enfrentar una vida terrenal …o será más bien el logro de superar esta etapa en plena conciencia. Cuántos pasan por aquí y se marchan sin saber a qué vinieron? Cuántos creen haber cumplido una misión y aun permanecen dentro de nosotros? Cuánto más me hace falta a mi? No lo sé. Mientras seguiré disfrutando de mi asiento. De sentirme dicho de estar dentro de una cálida oficina y solo enfrentar el frío al marcharme a mi casa. Una cosa es segura. Estoy conciente. Construyendo un camino a transmutar. No creo estar listo, pero estoy mejor que otros. Luz. Siempre estás ahí. Esperando, irradiando y yo a tu lado.
Capricornio

Haz de luz dijo...

Capricornio...me dejás palabras sabias, complejas quizás las ideas porque uno nunca encuentra la respuesta como desea, pero ahí está... muy dentro tuyo, si te concentrás bien, podrás escuchar con el alma la razón que buscás.
Deberías hacerte un blog, tenés material...de verdad!
un rayo de luz