lunes, 20 de octubre de 2008

Ángel guardián


Ángel de mi guarda,
dulce compañía,
no me desampares
ni de noche ni de día
Las horas que pasan,
las horas del día,
si tú estás conmigo
serán de alegría

No me dejes solo,
sé en todo mi guía;
sin Ti soy chiquito
y me perdería
Ven siempre a mi lado,
tu mano en la mía.
¡Ángel de la guarda,
dulce compañía!

Sigue más, pero hasta acá me sabía. Sin embargo, esta oración es solo una constancia de que el Ángel de la Guarda no me abandonó en mi viaje a España, me acompañó todo el tiempo y en los momentos que no lo logró, ha enviado ángeles que me han ayudado, algunos de ellos ni se han enterado de su papel, pero una de ellas... estoy seguro que entenderá este mensaje.

Esta, es mi forma de darle las gracias a esos ángeles que estuvieron conmigo, que me ayudaron y me me tomaron la mano cuando más los necesité.

Gracias, gracias.

2 comentarios:

Lidia M. Domes dijo...

Qué lindo vivenciar que contamos con ellos, sean ángeles-ángeles o ángeles-humanos!!!

Cariños,

Lidia

González Luis dijo...

Vale, me hiciste retroceder en el tiempo, aunque no fue en años. La oración me la sabía completa de niño y la materializaba en mi mente. Escena que se fijó para siempre y hoy solo traigo la misma a bordo cuando necesito de su contacto.
Mi Angel y yo, somos tan unidos como lo es también mi sombra.