lunes, 27 de octubre de 2008

De mi encuentro con un Ángel

Recién conocí a una persona muy especial en Valencia. Ella es de Barcelona y fue impresionante ver las situaciones de ambos mezcladas en medio de miles de líos de trabajo. Yo no tenía que ir a España en primer lugar, ella no tenía que ir a Valencia tampoco, pero algo pasó con las vidas de los dos y por motivos de trabajo terminamos involucrados en faenas ajenas a las nuestras, tratando de entender qué es lo que había pasado para que las cosas se dieran de esa manera.

Ambos estabamos tan asombrados de la energía que empezó a fluir, que en cuestión de dos horas estabamos enfrascados en una conversación tan personal que tuvimos que hacer un alto, justo cuando dos lágrimas rodaban por las mejillas de mi nueva amiga. Ese fué el momento justo para empezar a entender la película completa.

Quizás ella tenía algo que decirle al mundo y no sabía como; yo, que siempre tengo algo que contar y como se me acaban las ideas, tomo a mano experiencias ajenas para poder explotar esto que marca mis dedos y los une a un teclado de un computador.

No quiero llegar muy lejos con esta historia, que aunque es totalmente cierta, es más un ejemplo de que algunas cosa pasan simplemente porque tienen que pasar. Algunas veces nuestra vida es un completo torbellino de situaciones y muy pronto este mismo torbellino nos coloca justo en el momento y el lugar para entender todo claramente. ´

Ella creyó que yo la ayudaba a entender sus situaciones personales, yo entendí que una historia es siempre una explicación verás y cada vez que dude de las razones por las que me pasa algo incomprensible, me podré referir a los hechos, aunque estos sean ajenos, por que la comunicación con vos tiene métodos extraños.

Yo no fuí a hacer un trabajo en Valencia, mi trabajo me ayudó a realizar otro más verdadero, más concreto y más impactante para una verdad eterna. El encuentro de ella misma con tu verdad y la realidad de nombrar por sus propios labios con el nombre de su Ángel, ese que le has asignado por el valor que tiene para vos. Y la verdad de encontrarte conmigo donde quiera que me envíes.

Gracias Dios por dejar un vínculo entre vos y yo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece tan hermoso lo que os ocurrió. Me parece que debe ser fácil sentirse contigo como con una persona que "puede entenderte", tu nivel de comprensión empática parece ser muy superior a la media. Y determinadas personas, están tan condenadas a un entorno de no comprensión (no sé si este era el caso), que cuando se encuentran con gente tan llena de empatía y amor, aunque no quieran, se ponen a hablar espontaneamente, porque saben que van a ser comprendidas e incluso amadas (que en el fondo es lo mismo). Sé que ella ha sido muy afortunada. Y que el lazo creado, posiblemente, no se romperá jamás:)

Un abrazo
sirah

Carlos dijo...

de ese tipo de encuentros habla mi película...

y justo en valencia... qué curioso!!

Anónimo dijo...

A mi me ocurrió ayer. Buscando un nuevo sendero, me encontré escuchando la vida de una mujer. Pero lo importante, no fué lo que escuché, ni sus intentos de acercarse a mi. Para mí lo importante fué la cura que supuso en mi interior. Una rama del arbol se ha curado... a por las otras.

Un saludo