lunes, 22 de octubre de 2007

Grandes Olas

En los primeros días de la era Meiji, vivió un luchador famoso llamado O-nami, "Grandes Olas". O-nami era tremendamente fuerte y conocía el arte de la lucha. En sus combates privados derrotaba incluso a su maestro, pero en público era tan tímido que sus propios alumnos lo derribaban.

O-nami pensó que debía ir a un maestro de Zen en busca de ayuda. Hakuju, un maetro peregrino, se habíua detenido en un monasterio cercano, así que O-nami fue a verlo y le contó su problema.

El maestro aconsejó: "Tu nombre es Grandes Olas, asi que quédate esta noche en este templo. Imagina que eres esas olas. Ya no eres un luchador con miedo. Eras esas olas inmensas que barren todo ante ellas, que se tragan todo a su paso. Haz esto y serás el más grande luchador del país".

El maestro se retiró. O-nami se sentó en meditación tratando de imaginarse a sí mismo como olas. Pensó en muchas cosas diferentes. Gradualmente se centró cada vez más en la sensación de las olas. Según avanzaba la noche, las olas se volvían cada vez más granes. Arrasaron con las flores de los floreros. Incluso el Buda del altar se inundó. Antes del amanecer, el templo no era más que el flujo y reflujo de un inmenso mar.

Por la mañana el maestro encontró a O-nami meditando, con una débil sonrisa en la cara. Le dio unas palmaditas en el hombro. "Ahora nada puede perturbarte". dijo. "Tú eres esas olas, puedes barrer todo ante ti."

Ese mismo día O-nami participó en las competencias de lucha y ganó. Después de eso nadie en Japón pudo derrotarlo.

Cada día es un buen día. 101 historias famosas de la tradición Zen.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Conectó con lo más profundo de si mismo y con la corriente de vida del universo mundial!
Abrazos, haz de luz

Haz de luz dijo...

Me alegra mucho Mago, me alegra mucho.

un rayo de luz para vos y tus caminos

Lidia M. Domes dijo...

Sabés cómo llegué????
Meditando, no en olas sino en la Luz. Le pedí a los maestros que me mandaran donde hiciera falta y llegué aquí.

Bueno, te encontré en Capricornio de Luz, me fijé y me gustó y siempre vuelvo!!!!

Un abrazo!!!!

Lidia

Anónimo dijo...

Sé de qué hablas con este texto zen ;)
Te recomiendo leas El Libro de La Nada, de Osho. Te gustará, creo jeje.