miércoles, 8 de julio de 2009

Bambú japonés


No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha require de buena semilla, buen abono y riego costante. También es obvio que quién cultiva la tierra no se impacienta frente a la semilla sembrada, halándola con el riesgo de echarla a preder, gritándole con todas sus fuerzas: ¡Crece, por favor!

Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo trasnforma en no apto para impacientes: siembras la semilla, la abonas y te ocupas de regarla constantemente.

Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad, no pasa nada con la semilla durante los primeros 7 años, a tal punto que, un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.

Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de solo seis semanas la planta de bambú crece más de 30 metros! ¿Tardó sólo seis semanas en crecer? No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.

Durante los primeros siete años de aparente inactvidad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años.

Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas veces queremos encontrar soluciones rápidas y triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo.

De igual manera, es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo.

Y esto puede ser extremadamente frustrante.

En esos momentos (que todos tenemos), recordar el ciclo de maduración del bambú japonés y aceptar que "en tanto no bajemos los brazos", ni abandonemos por no "ver" el resultado que esperamos, sí está sucediendo algo, dentro nuestro.

Estamos creciendo, madurando.

Quienes no se dan por vencidos, van gradualmente e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando éste al fin se materialice.

Si no consigues lo que anhelas, no desesperes...
Quzá solo estés echando raíces..

Autor desconocido.

2 comentarios:

González Luis dijo...

Maravillosa entrada...no había escuchado tan bella historia. Como el bambú japones, nuestra vida completa puede ser así. Pero sobre todo, más allá del éxito nuestro ciclo espiritual...
Espero estar en esta etapa de "raiciar" mi LUZ

Lidia M. Domes dijo...

Bello relato...

Yo sí lo conocía, pero siempre es bueno echarle de nuevo un vistazo!!!

Gracias Haz!!!

Un abrazo!!!

Lidia