Debí empezar esta serie de post desde hace días y creí que debí haberlo hecho contándoles sobre mi encuentro con mi ángel guardián, pero no será esta vez. Eso, merece un post completo y ello me tomará el tiempo que se necesite, así que lo dejaré para después.
De lo que sí hablaré, es de la forma que tiene "a vida" para enseñarte lo que ella te tiene preparado y como esto, siempre es distinto a lo que vos crees que será. Ayer me consumía en una historia de terror material y hoy la completé, pero hoy recordé como tuve la osadía de retar al tiempo y al destino, diciendo como todo estaba bajo control y me olvidé mirar hacia arriba.
No detuve mis niveles energéticos y dejé pasar por alto mis controles, me enredé en caminos materiales y me desconecté de la energía universal. Me dejé atrapar por la esperanza entregada a otros y el universo me recordó que mi papel es no bajar la guardia. Deje barada mi energía y me entregué, luego tuve que saltar y saltar, apretar la marcha y alcanzar una meta imposible de tocar, pero necesaria. Una vez perdida la batalla, me entregué, débil, sin aliento, a la verdad eterna de saber que no me pertenezco, sino que me debo.
Quise la luna desde que llegué acá y la olvidé por completo, hoy la miro y me prueba ella que no estoy solo, aunque solo me sentí hoy.
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