Por Daleth González, especial para Agencia NOVA. Terapeuta natural y transpersonal. Gipúzkoa-Euskadi- España. E-mail: centrodaleth@hotmail.com
La mente y la memoria son dos partes distintas entre si, la primera, cuando detecta una información, del tipo que sea, la deja fija en la segunda, apropiándose de ella y convirtiéndola en un pensamiento.
Primeramente llegan las sensaciones, externas o internas, sentir, ver, oír, degustar…eso nos provoca ciertos pensamientos.
De los pensamientos llegan los sentimientos desde lo más profundo de nuestra conciencia, e incluso a veces parecen tener una conversación con nosotros mismos, aunque no sean tan analíticos como los pensamientos. Son sutiles, sin límites y también abstractos… en definitiva, tan solo una parte del trabajo de nuestra mente, por lo que controlando está, también controlaremos nuestros pensamientos y por ende, nuestros deseos.
De ahí hacia el cambio personal, tan solo tenemos un paso, el cambio implica riesgo, y como tal siempre hay algo en juego.
No debes tener miedo de estar solo, o de verte en el interior y encontrar tu ser real en tu silencio. Debes tener miedo, a ser una persona solitaria, y que estés aislado de tus hermanos, sintiendo desconfianza, al mismo tiempo que no tienes amigos a los que comunicar nada.
Temer decir la verdad de lo visto u oído o expresar los sentimientos no es una cosa que deba tener lugar en nuestras vidas, si no que se debe temer a poner una máscara falsa en la cara, engañarse a uno mismo, intentar auto convencernos de una mentira…
Y ahí entra en juego la mente.
La mente es similar a un ordenador, más bien sería como la analogía del disco duro, es decir, deja la información guardada y procura que no se olvide, y para ello trabaja con las habilidades mentales de cada individuo, recordando el pasado, pudiendo planificar el futuro, reconociendo la información, comparándola con una experiencia anterior… eso si, teniendo en cuenta que también existen los virus, que serían sus equivalentes en los egos personales.
Así que tenemos, las sensaciones, los pensamientos y los sentimientos, y de estos, llegan las actitudes o reacciones, que suelen ser actitudes cotidianas y específicas de cada persona, porque esas costumbres están arraigadas en la conducta, es decir, hay ya preparada por la mente un tipo de reacción según haya sido la acción, a esto le llamamos “es que yo soy así”.
Visto esto, comprobaremos que el diálogo interior de nuestros egos-yoes es una de las tendencias mentales sin valor interior, y para no reaccionar de manera que nuestros egos-yoes nos controlen, debemos anular el diálogo interior con ellos, no permitir que nos manejen, borrar de la memoria la reacción guardada en nuestra mente, a dicha acción
Sé tu mismo en el lugar donde estés, controla tus reacciones, y acepta a las demás personas sean como sean, viviendo la vida intensamente y con dinamismo, levántate y tira las murallas que te aprisionan, y así la vida es una bonita canción y cada día una celebración.
La cultura de la moral se basa en las costumbres mentales, que muchas veces va pareja de una religiosidad ignorante, y es controlada por esta con culpa y miedo.
Si conseguimos no caer en la reacción de los sentimientos habremos subido un peldaño en nuestro avance interior, para ello podemos comenzar con habituarnos en prácticas como la meditación, la relajación, la armonía, el vació interior, la visualización de la luz…
Para sentir el cielo aquí mismo no debes morir, lo sientes dentro de ti, debes vivir y ayudar a vivir.
¡Ahora!!!
2 comentarios:
Ya me gustaría ser uno mismo! :)
Gran comentario!, sin duda alguna intentar evitar la conversación con el pasado, es algo productivo, algo que te ayuda a vivir el presente.
Vivimos sumidos en el pasado y eso solo nos trae dolor. Requiere trabajo (meditación, relajación, etc.) como bien indicas en el post y yo se por experiencia propia, que se puede conseguir.
Un saludo y mucho ánimo!
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