Yo tengo una personalidad extraña, quienes me conocen saben que soy llevadero, pero también saben que puedo tener posiciones fuertes frente a cosas simples. Muchas veces parezco tener paciencia inagotable, pero algunas otras no dejo un respiro para actuar.
Mi vida consta de altos y bajos, de subidas y bajadas, que a lo largo del camino me conducen por estados de ánimo incomprensibles. Unas veces tengo toda la energía del mundo, así, literalmente y tengo tiempo para hacer todo lo que puedo, me lleno de ganas para actuar, para formular, para crecer, para ayudar. Otras veces tengo tan poca energía que apenas y sobrevivo.
Conociéndome como me conozco, he logrado descifrar que cuando tengo esos cambios a mi favor, es cuando debo aprovechar el impulso y avanzar de manera ascelerada, utilizar toda mi fuerza interior para conseguir metas que ni siquiera tenía planteadas. Por otro lado, cuando tengo cambios repentinos de mi estado de ánimo en "picada" es cuando debo descansar y mirar hacia mi interior, acomodar las ideas y esperar un nuevo impulso.
Nuestro camino hacia la cima estaba cargado de esos ascensos y descensos. Conforme avanzabamos me encontraba con una idea clara de que la montaña me enseñaba quien soy yo, que debía aprovechar las bajadas para avanzar y recuperar mis fuerzas en las subidas, ver mi interior.
Subí la montaña con toda la intención de acercarme a Dios, con toda la intención de verme a mi mismo más lleno de luz, pero conforme cada paso se hacía más y más pesado, entendía que la única intención de la montaña era enseñarme que el camino es hacia adentro. Siempre hay cuestas, siempre hay piedras y tropiezos y es ahí, donde encontramos los momentos para entendernos y conocer nuestra propia capacidad de avance.
Nada es fácil, todo lo contrario, la vida es dura, es difícil y llena de obstáculos. Una vez lo hablé, en la fábula de Enay, con la analogía de la carretera. Esta vez lo entendí. Me desaparecí un tiempo para ver en mi interior y ahora sigo cuesta arriba.
Gracias Dios por dejar un vínculo entre vos y yo.
3 comentarios:
La vida es subir y bajar, lo importante es aprovechar el impulso al subir y ponerse unos cojines al bajar.
Besotes
La vida es dificil, pero tan hermosa...
EStuve a punto de reclamar x que no contestas los comentarios que se hacen a tus post...no obstante, este último me da una gran respuesta en todas sus dimensiones.
La vida es difícil por sí misma y eso mismo la hace hermosa! Los altos y los bajos...pero los momentos planos son mucho más importantes, es el momento de interactuar y avanzar.
Entiendo tu contacto con Dios en tu interior...en el Chirripó o en el Irazú, en la segunda planta de nuestra casa o sobre las ramas del árbol. Cualquier elevación terrestre no se compara con la elevación espiritual!.
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