lunes, 27 de noviembre de 2006

Lluvia

Me gustan los días de lluvia porque me recuerdan mi infancia. Salía de la escuela tratando de atajar cada gota con la lengua, mi ángel de la guardia tuvo mucho trabajo conmigo en esas tardes de aguacero, pues tenía que ver por los dos, yo miraba hacia arriba mientras el miraba hacia el frente, me ayudaba a esquivar desde un hueco hasta una piedra. Yo quería tragarme toda la lluvia de una sola vez.
Me encargaban usar mi paraguas transparente o de ponerme mi capa amarilla (esta última me gustaba mas, pues me hacia invisible), pero nunca lo hacía pues prefería sentir las gotitas enviadas por las nubes hasta mi cara. Al cabo de unas cuadras y miles de gotitas, se acababa mi paseo y al llegar a casa parecía que había caído en una piscina.
Mi mamá me regañaba. Me cambiaba la ropa, me ponía pijamita (si, desde la tarde) , me hacía un atolito bien caliente y me dejaba ver televisión antes de hacer mis tareas, luego, ella misma me ayudaba, no sin antes advertirme que tenía que usar la capita al día siguiente.
Será que creería que con un regaño yo iba a cambiar aquellas tardes de aguacero? por supuesto al día siguiente, se repetía la historia.
Me gustan los días de lluvia porque, el día de mi cumpleaños, era el que más llovía!

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